4 de marzo de 2010

“Los hombres no pasan de ser señoritos a señores”

Este blog no es mio...lo escribio mi increible prima Becky..

Esto lo escuché en la televisión, en una seria muy graciosa!, me hizo traer a la cabeza pensamientos que siempre estuvieron en mi, y que hoy me dio ganas de compartir, solo para saber si algunas mujeres se sienten indentificadas con todo lo que diré, y pára que los hombres, no diré “comprendan” porque nunca lo comprenderán, pero si puedo decir de repente que intentaran entender en cierto sentido porque somos y nos sentimos así.

Los hombres no pasan por un cambio hormonal tal! Que te convierta en mujer el simple hecho de que te vino la regla, y saber que la tendrás cada mes durante muuuuuchos años, sin poder hacer nada al respecto, y tener que sufrir los dolores, cambios de humor y malestares respectivos, e incomprendidos, que en muchos casos ni una pastilla lo calma.
Pasamos de niñas a mujeres, sin darnos cuenta, gran privilegio “poder ya ser madres”, tener esa carga y responsabilidad… desde tan jovenes, y saber que disfrutar de nuestro cuerpo y de la vida puede traer grandes consecuencias, que por momentos podemos sentirnos tan aterradas de tan solo pensarlo. Pero en algún momento de nuestras vidas vivir esa experiencia es lo que nos hará sentir absolutamente completas como mujeres.
Ser mujer es muy divertido, ser amiga, empleada, jefa, hija, madre, novia, enamorada, esposa, o todas al mismo tiempo, puede ser tan divertido, porque cada cosa tiene su encanto y la disfrutamos al máximo y cuando hablamos de hombres sabemos que en la mayoría de casos nosotras marcamos las pautas, puesto que nuestra psicología y fisiología nos obliga y exige a hacerlo, pero siempre sabemos que tenemos que andar con cuidado; es difícil escuchar a un hombre que te diga que tiene miedo a regresarse solo en la noche porque lo pueden violar.
Es maravilloso sentirse atraida por muchos hombres, sentirse sexy y deseada; pero aveces una es para algunos hombres cómo me lo contó hace algún tiempo una muy querida y graciosa amiga, “un anticucho”, un pedazo de carne que es solo deseada para ser comida y digerida por una noche.
Tenemos la preocupación de saber si terminaremos solas en este mundo, o si cumpliremos el gran sueño de casarnos con ese hombre maravilloso y lograr esa familia que todas deseamos, confundiendonos así con el hecho de ser absolutamente independientes por el poder de la mujer!, y no tener que depender de una hombre bajo ninguna circunstancia, el hecho de ser “profesionales e independientes” y “esposas y madres”, y nos preguntamos constantemente si lograremos un equilibrio en esas áreas de nuestras vidas que son tan importantes para nosotras, sin dañar ningún aspecto.
Pasamos de ser bebés, a ser niñitas, luego niñas escolares, luego adolescentes, luego señoritas universitarias, luego señoritas ejecutivas, entrando a ese mundo de leones donde sabemos que tenemos que ser agresivas y objetivas, porque en un mundo de hombres solo tenemos una oportunidad para mostrar que somos tan capaces como ellos, y si entramos en un mundo de tigres hay que ser delicado y audaz, porque en un mundo de mujeres hay que tener mucho cuidado.

Algunas serán señoras antes, otras después.

Y nosotras toda la vida seguiremos siendo las niñitas de nuestros papas.

Repito, ser mujer es muy divertido, tantas etapas de nuestras vidas nos hacen pensar en tantas cosas, y por momentos entramos en esa desesperación e histerísmo que tanto reclaman los hombres, que nos hacen ser tan fascinantes, que no se pueden resistir.

Mientras nos mantenemos en este campo de guerra entre leones y tigres, nos llega la necesidad de ser algo más, nos lo pide la naturaleza misma, y nos llega la incertidumbre: “serè exitosa”?, “seré buena esposa”? “seré buena madre”?, “lograré lo que quiero”? “encontraré el hombre indicado”?, “será él el hombre de mi vida”?, “será un buen padre para mis hijos”?, “será que ya es hora de casarme”? o mejor no, “todavía me falta hacer cosas sola” y mil preguntas más que invaden nuestra cabeza, como invade la termita un pedazo de madera.
Poco a poco a lo largo del camino se van aclarando las cosas, pero eso jamás nada nos impide el hecho de agobiarnos a nosotras mismas de todos nuestros deseos, dudas y miedos. Es parte de ser lo que somos, de lo que estamos hechas, siempre preocupadas, siempre pendientes de todo.

Tenemos toda una historia detrás de nosotras en el mundo de los hombres que nos persigue aún, que nos hace luchar constantemente por nuestros derechos, por lo que somos, por lo que fuimos, y por lo que seremos. Esto no quiere decir que nos sentimos menos, ni inferiores, ni débiles, esto quiere decir solamente que nos sentimos igual de humanos; humanos llenos de tantos pensamientos y deseos que podríamos explotar. Y la sensibilidad es nuestra carácterística principal, aquella sensibilidad que es muchas veces criticada y dañada por el simple hecho de tenerla más desarrollada, sin haberla pedido…. Porque somos tannnnn complicadas!!!

No somos físicamente tan fuertes como los hombres, tampoco nacimos para eso, no es que no querramos cargar cosas pesadas, sabemos que si lo hacemos muy seguido en un futuro no muy lejano podemos sufrir de algún daño físico interno. Pero para eso está la muy conocida y cierta frase: “el poder está en la mente”, frase que creo es muy aplicada de parte de nosotras constantemente, al no demostrar fisica sino psicológica y mentalmente que “si podemos”, tenemos tanta fuerza mental que ya todas estariamos graduadas de Jedis (para los que han visto Star Wars).

Por supuesto que no dejaré de lado ese tema tan discutido por parte de las mujeres con los hombres, que no hay dolor más intenso que el dolor del parto; aún no lo he vivido, se que lo viviré, y creo que también las mujeres estamos mentalmente preparadas para eso, aunque siempre pensemos que no. Y no hay dolor más grande en la vida que la pérdida de un hijo para una madre, el cordon umbilical tiene una razón de ser, y me disculparan muchos, pero la conexión de una madre con un hijo no es igual a la de un padre, sino vean la “Teta Asustada” y no joroben.

Volviendo al tema de la regla, creo yo que es un tema que debe de ser mencionado constantemente en nuestras vidas, porque es lo que nos define cómo el género que somos. Es una desventaja tenerla; pero cuando ya no tengamos a esa espina incondicional que nos acompañó durante tanto tiempo, y hasta ya empezábamos agarrarle cariño… tampoco será tan positivo para nosotras, porque será un claro signo de envejecimiento; aquella etapa que nos hará volver a las dudas de nosotras mismas, si seguiremos siendo atractivas para el mundo, si seguiremos estando vigentes ante la sociedad masculina y laboral.
Y luego pensándolo bien, será una nueva y excelente etapa en nuestras vidas, de libertad, de nuevas experiencias como todo lo que abarca el contexto de lo que significa ser mujer. Claro que esta nueva etapa no es ajena a nuevos cambios de humores y nuevos cambios físicos, que traerán nuevos pensamientos acerca del presente y del futuro, que por momentos, nuevamente volverán carcomernos, pero esta vez creo que ya seremos más sábias, más pacientes, y miraremos atrás con una gran sonrisa, orgullosas de haber sido mujeres y de haber estado tan llenas de pasiónes, ilusiones, desilusiones, luchas, sueños cumplidos; y quizas otro no, que habríamos podido explotar de no ser por el cuerpo que nos cubre y nos resiste. Siempre fuertes.

Es así como siento que cada etapa por la que pasamos y pasaremos, interna y externa siempre hará que los hombres no comprendan mucho, y se sientan tan diferentes a nosotras, y no diré que todos, porque no podemos generalizar, pero algunos muchos si se sienten superiores aún.
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